"A QUIEN MADRUGA DIOS LO AYUDA"
Cuarta jornada de la liga de 2ª
autonómica. y partido en casa, de nuevo,
esta vez contra Costa Lagunera. Problemas en el Pabellón de los Tejineros hacía
imposible su uso y por eso se intercambian los encuentros. Partido difícil y de
responsabilidad: "No se puede perder con los de abajo". El rival lleno de nombres ilustres y hasta
conocidos por estos lares. Distinto a los anteriores porque Cicar Tegueste supo hacer sus deberes
pausadamente y no dio opción al equipo visitante para hacerse con el partido.
Los teguesteros ocuparon perfectamente sus espacios y supieron parar a los
temidos y dar la sensación de poder más que de solo querer como otras veces.
14-9, 42-23, 61-42 y 86-68... Que
nos permite ver como poco a poco, cuarto a cuarto, Cicar Tegueste fue
cimentando su victoria. Y es que por una vez, y sin que sirva de precedente, se
atendió a esa máxima que explica el refrán: A quién madruga Dios lo ayuda.
Cicar Tegueste exponía su juego fácil y obtenía rentas con su defensa intensa.
Un hombre sobre Dani González y el rival perdía eficacia. No siempre se sacaba
petróleo de estas acciones pero ralentizaba la guerra de los visitantes. A la
vez movían las conciencias de los contrarios que veían quien trabajaba y qué
resultados se sacaban. Y por supuesto tocaba en su ego la obsesiva
individualidad de su estrella que dejaba de brillar e iba a provocar. Provocar
la falta absurda y la paciencia del trencilla de turno. Hasta que salió por
cinco faltas.
El primer cuarto fue movidito
pero corto en el tanteo y es que las defensas apretaban y nadie se relajaba.
Los foráneos venían con la pólvora mojada y sus principales espadas no estaban
finos. El equipo local iba sumando y anteponiéndose a cualquier posible
reacción. Con cinco arriba sonó el pitido que marcaba el final del primer
cuarto. El segundo cuarto produjo el refrendo de lo sucedido en el primero. Los
naranjas, segunda equipación que usan los teguesteros a la espera de que
lleguen los nuevos y coquetos equipajes, dieron un recital de buen hacer y
gustándose y hasta disfrutando fueron sacando de la pista a los contrarios
empeñados una y otra vez en las individualidades. Un cuarto de 28-14 que abrió
brecha y motivó daño psicológico. Con 42-23 se iban los jugadores al vestuario.
Fin del segundo cuarto.
Pero el partido tenía pendiente una
segunda parte con dos cuartos por jugar. Y qué cuartos. De nuevo la norma era
el madrugar, el hacer lo bueno enseguida; y protegidos con el colchón logrado sacar
el máximo de provecho. Ambos conjuntos se enzarzaron en una peles sin cuartel y
ambas defensas bajaron las manos, importaba sumar más que evitar sumar. Cicar
Tegueste seguía mirando el marcador y moviendo el banquillo. Todo iba sobre
ruedas. 33-28 resultó ser el tanteo del cuarto más igualado. Ya el último
cuarto no podía dar más de sí. Llegó la hora de rendir cuentas y alguno pagó
caro su descaro. Las cinco faltas lo llevaron al banquillo. No obstante la
permisividad que genera tan amplia diferencia arregló sobremanera el cuarto que
cayó del lado Costero: 25-26 para acabar el encuentro con un definitivo 86-68.
En definitiva que hacer la tarea a tiempo y anticiparse a
los vendavales otorgaba una placentera victoria que dejaba satisfechos a los
espectadores proipios y extraños. A quién madruga... madrugaron los hoy locales
y dieron buena cuenta del oponente. Dios lo ayuda... que tiene que ver con la
satisfacción y la tranquilidad que genera saberse claramente por encima. Nada
que decir de los árbitros que se vieron beneficiados en este encuentro.