Se esperaba más de este Villa de Tegueste presuponiendo que desearían, jugadores y técnico, acabar con buen sabor de boca esta liga. Pero no fue así y al final el partido resultó de esos de trámite en donde todo vale y nada importa.
En dos cuartos muy igualados Aremar Tegueste trataba de tú al, hasta hace poco, líder de la competición. Con dos abajo se llegaba al descanso 35-33 y aunque el partido no era muy lucido se albergaban esperanzas de que los de fuera acabaran subiéndose a las barbas de este Tenerife con la mente en La Palma. Lamentablemente la reanudación fue un desastre en toda regla. Sin juego interior, sin acierto en los triples, sin dirección de juego, sin expectativa, sin nadie que diera un grito; todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. De repente Tenerife tenía veinte puntos de ventaja y hasta se permitía el lujo de chulear los contraataques. Ellos, enchufados y más convencidos que nunca de su victoria contra un Aremar Tegueste “de romería”. Ya el último cuarto fue manejar lo que se tenía y evitar que todo fuera más escandaloso. Aremar Tegueste jugaba anárquico y parecía que cada jugador disponía de un par de bonos en lanzamientos ya que no se hacía juego colectivo. El 75-53 no demuestra la diferencia entre ambos equipos pero si deja claro que quien salió a ganar fue el equipo de casa. Aremar Tegueste, de pena.
El rival.- Sereno, suelto, sin inmutarse. A sabiendas de que no se jugaban nada. Hay en él un cierto aire de libertad para hacer. Veremos como responde en la final a cuatro.
Los árbitros.- Muy protestados. Con fallos de bulto. Permisivos en exceso con los pasos.
Entrada.- Unos 30 espectadores.
Incidencias.- La técnica de siempre. En esta ocasión a un jugador teguestero por protestar.
Próxima jornada.- Se acabó la Liga. Veremos que depara el futuro.
En dos cuartos muy igualados Aremar Tegueste trataba de tú al, hasta hace poco, líder de la competición. Con dos abajo se llegaba al descanso 35-33 y aunque el partido no era muy lucido se albergaban esperanzas de que los de fuera acabaran subiéndose a las barbas de este Tenerife con la mente en La Palma. Lamentablemente la reanudación fue un desastre en toda regla. Sin juego interior, sin acierto en los triples, sin dirección de juego, sin expectativa, sin nadie que diera un grito; todo sucedió en un abrir y cerrar de ojos. De repente Tenerife tenía veinte puntos de ventaja y hasta se permitía el lujo de chulear los contraataques. Ellos, enchufados y más convencidos que nunca de su victoria contra un Aremar Tegueste “de romería”. Ya el último cuarto fue manejar lo que se tenía y evitar que todo fuera más escandaloso. Aremar Tegueste jugaba anárquico y parecía que cada jugador disponía de un par de bonos en lanzamientos ya que no se hacía juego colectivo. El 75-53 no demuestra la diferencia entre ambos equipos pero si deja claro que quien salió a ganar fue el equipo de casa. Aremar Tegueste, de pena.
El rival.- Sereno, suelto, sin inmutarse. A sabiendas de que no se jugaban nada. Hay en él un cierto aire de libertad para hacer. Veremos como responde en la final a cuatro.
Los árbitros.- Muy protestados. Con fallos de bulto. Permisivos en exceso con los pasos.
Entrada.- Unos 30 espectadores.
Incidencias.- La técnica de siempre. En esta ocasión a un jugador teguestero por protestar.
Próxima jornada.- Se acabó la Liga. Veremos que depara el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario