BALONCESTO

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CICAR TEGUESTE 53 PISACA 68

Nueva derrota del equipo entrenado por Itamar y esta vez ante todo un Pisaca enrachado. Partido perteneciente a la segunda vuelta, en la primera ganó Cicar Tegueste en casa de los hoy visitantes, que deja un balance provisional de 8-5. Lo que hace necesario volver a entrar en los puntos para mantener puestos de final a 4. Ahora comienza otra liga diferente donde hay posibilidades.
El primer cuarto se convirtió, como suele suceder, en la antesala de lo probable. Cicar Tegueste y Pisaca rivalizaban en canastas y en desaciertos. Pero algunos destellos hacían temer lo que luego fue el marcador. Cicar Tegueste se empeñaba en acciones poco claras y en lanzamientos de fortuna. Pisaca sumaba con más claridad en acciones más fáciles. El 14-20 se podía considerar normal.
También el segundo cuarto sirvió de muestra y aunque Pisaca controlaba el marcador no las tenía todas consigo. Cicar Tegueste mejoró en sus acciones y puso en aprietos a los visitantes, que para entonces ya le habían dicho a los árbitros de todo. Y es que los "nerviosos" estaban muy nerviosos según soplaran los silbatos, hasta algún espectador visitante, nervioso, transmitía inquina gratuita a los trencillas. Pero el cuarto se cerró con un empate a 14 como si no hubieran transcurrido los diez minutos: 28-34.
Y de nuevo, lo repetimos mucho en estas crónicas, el tercer cuarto se erigió en el juez y verdugo de la contienda. Un parcial de 0-6 hace que Pisaca rompa el encuentro. Se colocan 12 arriba y Cicar Tegueste empieza a cuestionar el cómo arreglar esto. Hay rotaciones y movimientos de banquillo, cambios en los marcajes, defensas mixtas, más carne en el asador. Pero el objetivo: que la pelota entre por el aro, no sucede con celeridad y Pisaca empieza a serenar su juego y a controlar el tiempo del cuarto. Así hasta el pitido final que deja el 38-58 para resolver si se puede en el siguiente parcial.
Y todos a la cancha. Tan solo habían pasado dos minutos y el marcador mantenía la misma diferencia: 40-60. Aquí aparece la descalificante a dos jugadores, uno por bando, que se habían enfrascado en una disputa poco deportiva. El ambiente se caldeó y la tensión podía más que la deportividad. Unos minutos detenido el encuentro y cada uno se dirigía a su más cercano con sus más y sus menos. Partido finalizado y restaban 7 minutos ya sin historia. Concluyendo con 53-68 a la señal de la bocina.
A reseñar: ¿Qué pretende un jugador con el marcador a su favor de 20 puntos haciendo las marrullerías antideportivas en su zona? ¿Qué necesidad tiene un Pisaca de disponer de este tipo de jugadores? Este jugador debería darse cuenta que ya no está para esto, que su físico y su psique ya no le acompañan. Hay otros puestos muy dignos en un equipo, delegado o utillero, que no necesitan salir a campo de juego cada semana. Y puede uno seguir tomando cañas y vinos con los amigos al final de cada partido sin denigrar el deporte. 

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