BALONCESTO

BALONCESTO

RADAZUL COSTANERA 53 CICAR TEGUESTE 38

Partido disputado en el pabellón Lomo Pelado del municipio del Rosario. Frío y agua. Unos cuarenta espectadores y otra vez el maleficio de la escasa luz. Si la queja fue cuando se jugó en el pabellón del Luther de igual modo ha de ser luego de disputado este encuentro: "No había suficiente luz en ambas instalaciones para hacer deporte, a quien corresponda". El partido en si se las prometía por la clasificación de ambas escuadras. 
Y dio comienzo el partido y lo que sucedió en estos primeros instantes fue la antesala y a la vez el resumen de lo restante. Los locales se presentaron como un equipo instalado en la zona más apretada posible en su defensa y en el ataque con cierta frescura dejaron entrever sus armas: poderío en el rebote y buen tiro exterior. Por lo demás mientras pudieran mantener las diferencias en el marcador serían ellos quienes marcasen el ritmo del partido, y así fue por los restos. Un 14-6 en el marcador dejaba claro que las defensas estaban a por todas. Cicar Tegueste pensando en que sus opciones llegarían salió encogido y como acostumbra dejó hacer. Enseguida sonaron las alarmas y las fórmulas para remediar el descosido no dieron resultado. Al no gestionar bien los balones recuperados no había velocidad y con ello no era posible sorprender al contrario. Los interiores se veían obligados a salir fuera de la zona y las opciones pasaban por acertar desde el triple o jugársela a media distancia con la casi absoluta seguridad de que el rebote tenía dueño local. Y con la misma dinámica transcurrió el segundo cuarto, aunque en este los teguesteros apretaron tanto que llegaron a acercarse a dos puntos, pero los esquemas eran los mismos. 33-21 y al descanso.
Al regreso de los vestuarios nada nuevo en la citada penumbra. Los azules, respaldados por las diferencias en el marcador, hacían reposado el ataque y su paciencia era su mejor arma. En la resolución de cualquier situación conflictiva no dudaban en hacer falta y mandar a la línea del tiro libre la disputa. El acierto de los de la Villa iba decreciendo y sus opciones de remontar desaparecían claramente porque las acciones del contrario no eran contrarrestadas. Así las diferencias aumentaban 47-32. Para entonces Tito ya había probado todas las fórmulas y todas daban el mismo resultado. Y solo quedaba el último cuarto y la heroica. Si, la heroica, esa figura que en varios partidos pareció deambular por la cancha y que acabó dando el resultado apetecido. Pero con 15 puntos abajo ¿cómo podía ser? Ni heroica, ni suerte, ni resquicio que aprovechar la diferencia se mantuvo y fin del encuentro con 53-38. 

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