Primer partido de la serie final
con el cruce entre el primer clasificado de la liga regular y el cuarto.
Pabellón cubierto del Colegio Luther King con muy buena entrada, alrededor de
las 120 personas y escasa luz. Ambiente propicio para cualquier gesta y mucha deportividad.
Cicar Tegueste tuvo en su mano
dar la sorpresa e imponerse a un equipo al que no pudo vencer en los dos
enfrentamientos oficiales de la liga regular.
Primer cuarto de toma y daca
donde ni las defensas ni los ataques mostraban claridad, antes al contrario se
mascaban las dudas y la tensión. Ambos equipos se respetaban y las rotaciones
ofrecían alternativas a considerar. 15-14 para cerrar el cuarto después de que
los forasteros hubieran dejado claro que venían a por el partido en esfuerzos
que le hicieron dominar el marcador.
El segundo cuarto fue exclusivo del
conjunto visitante. Desde que los teguesteros se pusieron arriba en el marcador
se respiró otro ambiente. Ahora las dudas eran locales y las rotaciones no
generaban las expectativas. No había fluidez ni determinación en las acciones
locales y los triples, arma secreta otras veces, no aparecían. 13-20 de parcial
y al vestuario con un esperanzador 28-34 que demostraba que la machada era
posible.
El tercer cuarto es el de más
literatura en esta temporada para los de Tito. Todo lo que acontece en los
partidos se acaba resumiendo en la suerte, la apuesta, la templanza o todo lo
contrario; pero en el tercer cuarto. Y en este caso no iba a ser menos. Este
cuarto resume ampliamente la diferencia entre ganar y perder. Ambos
entrenadores podrán estudiar sus decisiones y valorar positiva o negativamente
determinadas órdenes. Sumado todo esto a la extraña escasez de vista de los
trencillas en el aro del Luther. Desafortunada la actitud de ambos árbitros que
dejaban muchas dudas al no sonar sus silbatos en acciones descaradas que se
repetían una y otra vez. No quiere esto decir que fueran ellos los culpables
del resultado final, pero que una y otra vez te vayas a estrellar contra manos
y más manos y casi ninguna sea falta... ¡muy dudoso! En este apartado es de
significar la exquisita deportividad de los verdes que hicieron sus protestas
en un tono moderado que, por lo general, daba un voto de confianza a la acción
arbitral. Allí quisiera ver a los jugadores de turno que todos sabemos en qué
equipos militan !pobres árbitros! Pero vayamos a lo del juego aunque solo sea
con una pincelada. El descalabro tuvo lugar en los últimos tres minutos y pico.
La descarada apuesta local y las escasas fuerzas visitantes, amén de lo
reseñado a nivel arbitral, permitieron
que la ventaja en el luminoso se disparase. 58-50 y a ver que pasaba en el
definitivo.
Los de Tegueste sabían que no se
podían permitir ningún relax y en su salida estuvieron a un tiro, que se quedó
corto, de empatar después de un parcial favorable. Pero claro, no solo no se
iguala el marcador con la moral positiva que eso significa sino que en la acción
siguiente te desbordan con un triple y a remar de nuevo. En los últimos
instantes Tegueste se veía impotente y se buscaban acciones de éxito demasiado
liberales que no aportaban y si generaban más de lo mismo. 13-12 y a pensar en
la vuelta. Al final 71-62.
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